Hunosa se afianza en el campus de Mieres

La Hullera imprime un nuevo impulso al Aula de Geotermia que ahora se amplía también a la biomasa

“Queremos que sea un punto de encuentro para la sociedad, para que se pierda el miedo al cambio tecnológico y los recursos se pongan en valor”
Una de las novedades más visibles del Aula de la Geotermia que Hunosa gestiona en el campus de Mieres ha sido su cambio de nombre. Desde hace un par de meses a ha añadido a su denominación coletilla de “y la Biomasa” para incluir también contenidos sobre esta nueva división de negocio de la hullera pública. La empresa ha decidido darle un impulso a su trabajo en colaboración con la universidad, en una apuesta decidida por la investigación y la difusión de sus nuevos proyectos.
Hasta ahora, el Aula de la Geotermia era poco más que unos paneles y unas maquetas en una sala del cuarto piso del edificio de investigación del campus que solía permanecer cerrada y la cátedra Hunosa, creada en el año 2009, se limitaba a la organización de algunas actividades formativas puntuales. Ahora, bajo la dirección de José Luis Viesca, que ha sustituido a Jorge Loredo al frente de la cátedra, se ha contratado a tres investigadores, un ingeniero de minas, un geólogo y un químico, que desarrollarán su labor en estos ámbitos de La geotermia, la biomasa y la eficiencia energética que Hunosa lucha por desarrollar como alternativa de negocio a la extracción de carbón.
La misión de este equipo es divulgar el conocimiento sobre estas fuentes de energía renovables a través del aula y de un contacto directo con estudiantes, vecinos y el tejido empresarial. Ahora las puertas están abiertas con unos horarios concretos.
Y hasta allí puede acercarse todo el que lo desee, no solo para descubrir cómo se aprovecha el calor del interior de La Tierra, sino también para saber cómo puede poner en marcha un sistema de calefacción por geotermia en su casa e incluso hacer una primera estimación de costes. «Queremos que el aula se convierta en un punto de encuentro abierto a la sociedad, para poner en valor los recursos de los que disponemos en el territorio y que se vaya perdiendo el miedo al cambio tecnológico», explica Viesca.
El personal del aula realizará informes sobre la viabilidad de adaptar los sistemas de calefacción de viviendas particulares a la geotermia, del mismo modo que ya se lleva cabo en el campus y en el hospital Álvarez-Buylla, cuyos sistemas de climatización funcionan gracias al agua que se bombea del pozo Barredo.
Tanto la geotermia como la biomasa son dos de las grandes apuestas de Hunosa en esta nueva etapa en la que deberá reconvertirse si no quiere desaparecer tras el cierre de los últimos pozos, previsto para 2018. El trabajo se centra en explorarlos recursos de los que ya dispone desde el agua de mina hasta las 3.800 hectáreas de masa forestal en el centro de Asturias.
Después de crear la empresa Hunaser junto a Urbaser, la hullera comenzó el mes pasado a ejecutar sus primeras talas en el entorno del pozo Figaredo para destinarlas a la fabricación de pellets para su consumo en calderas.
En la Universidad se estudian, asimismo, fórmulas para obtener un mayor rendimiento. Uno de los proyectos de investigación tiene que ver con los cultivos energéticos más idóneos en estos suelos degradados, asegura el director de la cátedra. Se trata de encontrar especies que crezcan bien en suelos de unas determinadas características pero que además produzcan maderas de alto poder calorífico. «Ahora mismo hay árboles de todo tipo, pero también mucho suelo sin aprovechar», señala Viesca.

Divulgación

También se está llevando a cabo un análisis de las zonas más interesantes para levar a cabo proyectos de geotermia a través de un sistema de información geográfica. La apuesta por la investigación es clara, pero también por dar a conocer sus resultados y las posibilidades de estas nuevas energías. La cátedra ya trabaja en atraer a los colegios y otros centros educativos hasta el aula y, por supuesto, dentro de la propia Universidad de Oviedo, creando algunos contenidos para exponerlos en otros lugares del campus más cercanos a los estudiantes.
Aunque en el calendario de las citas más cercanas son los cursos de verano. En septiembre se impartirá uno sobre climatización por geotermia y se barajan varias fechas para realizar una jornada técnica sobre biomasa. Al mismo tiempo, la cátedra coordinará también trabajos de investigación relacionados con sus áreas de interés y seguirá premiando proyectos de investigación de alumnos relacionados con sus ámbitos de actuación prioritarios.
La nueva Aula de la Geotermia y la Biomasa también ha supuesto una actualización de los contenidos de este espacio, al que se han incorporado nuevos paneles además de otra información de carácter interactivo.
A pesar de que aún no se ha promocionado, ya ha comenzado a recibir a sus primeros visitantes, y quiere convertirse en un recurso más del municipio al que acudan, sobre todo, todas aquellas personas que estén interesadas en esta forma de aprovechamiento de los enormes recursos de los que dispone Hunosa.
«Queremos que vengan los estudiantes y vean la aplicación práctica de lo que se les enseña en clase, pero también los vecinos», dice Viesca. De momento la geotermia no está muy extendida, pero ya se estudia trasladar la experiencia de Mieres a otros municipios como el vecino Langreo.

Más de la mitad del agua del pozo Barredo aún no se utiliza para generar energía

El aprovechamiento energético del agua que se bombea del pozo Barredo no ha hecho más que comenzar. El edificio de investigación del campus de Mieres, así como el hospital Alvarez-Buylla, ya se calientan gracias a esta agua que sale de las galerías a una temperatura de entre 21 y 23 grados, muy por encima que el agua corriente. De las cuatro bombas que trabajan en Barredo, únicamente el agua de dos de ellas, y solo parcialmente, pasa por el sistema instalado sobre la caña del pozo para abastecer a estos dos inmuebles. El resto se vierte directamente al sistema de saneamiento. Hay, por tanto, un enorme potencial de crecimiento. Y en Hunosa piensan en explotarlo en nuevas promociones urbanísticas que puedan desarrollarse en el entorno de Mieres o en otros edificios de la zona.
La fórmula para general calor es relativamente sencilla. El agua sale del pozo a una temperatura muy constante durante todo el año, lo que permite aplicar bombas de calor que eleven esta temperatura hasta los 40 o 45 grados requeridos por los sistemas de calefacción con muy poco consumo eléctrico. «Por cada unidad de energía podemos llegar a generar hasta 5 de calefacción», asegura uno de los investigadores del Aula de Geotermia, Iván Gutiérrez.
Barredo recoge el agua de los pozos del valle de Turón, del Santa Bárbara, el San José y el Figaredo, además de las suyas propias, gradas a la conexión de sus galerías subterráneas. Son más de 400 kilómetros de túneles llenos de agua caliente con diferentes destinos. Parte de ellos llegan, tras pasar por una bomba de calor, al campus; otra parte recorre un sistema más complejo a través de un intercambiador, calienta aguas limpias que recorren una distancia de dos kilómetros hasta el hospital, y el volumen más importante se desaprovecha. «Con esta tecnología de bombas de calor el potencial es tremendo», dice Gutiérrez. Hay posibilidades de crecimiento, aunque estas deben circunscribirse a Mieres para no perder calor por el camino.
Fuente: El COMERCIO de las CUENCAS 31-05-2015

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