Comprender cómo los problemas sociales actuales afectan al bienestar colectivo es una tarea que requiere datos, enfoque crítico y colaboración. Esa es precisamente la esencia de PROMEBI, grupo reconocido por la Universidad de Oviedo desde 2014, dedicado al análisis comparado de las relaciones laborales, la protección social y las políticas de empleo. Actualmente, el grupo desarrolla sus líneas de investigación con apoyo de ayudas del Gobierno del Principado de Asturias, gestionadas por la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica y la Tecnología (FICYT).
Su actividad gira en torno al bienestar social como eje central y se apoya en varias líneas de trabajo activas, entre ellas la prolongación de la vida laboral, los efectos del alquiler turístico y el estudio de la salud mental desde una perspectiva social. La composición del grupo es diversa, tanto en cuanto a los perfiles profesionales como a las trayectorias académicas, lo que ha contribuido a consolidar un modelo de trabajo intergeneracional y flexible.
David Luque Balbona, director del grupo de investigación, explica que «la forma de trabajo en el grupo está guiada por un estilo cooperativo (trabajo en equipo), intergeneracional (entre personas en distintas etapas de la carrera académica) y flexible (alto grado de autonomía). Un ambiente de trabajo muy positivo que hace más llevadera la ardua labor de hacer avanzar la frontera del conocimiento».
Luque reconoce la influencia de quienes fundaron el grupo y sentaron las bases de su funcionamiento actual: «Este espíritu de trabajo fue establecido por los catedráticos Rodolfo Gutiérrez (ahora Profesor Emérito) y Ana Guillén, que crearon y consolidaron el grupo, respectivamente, y han guiado las trayectorias académicas de las personas que ahora estamos más asentadas y liderando las principales líneas de investigación. En gran medida lo siguen haciendo. Ahora nos toca a la generación de la segunda mitad de los setenta e inicios de los ochenta tomar el relevo y asumir esa tarea de apoyo a las personas que están en las etapas iniciales y de consolidación de su carrera académica».

Una de las líneas más activas de PROMEBI es la investigación sobre el envejecimiento y el empleo, en concreto sobre los factores que influyen en la prolongación de la vida laboral. Según Luque, «nuestra investigación analiza los factores que influyen en que algunas personas puedan prolongar su vida laboral (seguir trabajando más allá de la edad ordinaria de jubilación), mientras que otras no lo pueden hacer. Concretamente, tratamos de identificar los mecanismos que facilitan o dificultan la prolongación de la vida laboral, considerando factores individuales y organizativos». En este marco, han identificado varios elementos clave: «A nivel individual, cuatro factores han sido señalados por la literatura como especialmente relevantes: en el ámbito educativo, la ocupación, la salud y las responsabilidades domésticas. A niveles organizativos, nuestros resultados muestran que la descentralización de las decisiones (empoderamiento del trabajador/a) y el uso de prácticas organizativas orientadas a la mejora de la calidad del empleo (frente a una orientación puramente funcional) aumentan la probabilidad de que las personas trabajen más allá de la edad ordinaria de jubilación».
PROMEBI también ha abordado el fenómeno del alquiler turístico y sus efectos en los territorios. Tal como describe Luque, «la expansión del alquiler turístico está generando crecientes preocupaciones y tensiones en ciudades y municipios, afectando al acceso a la vivienda, la convivencia, las relaciones vecinales, el empleo, la economía local o el urbanismo». Fruto de esta línea de trabajo, han identificado tres grandes tipos de efectos del alquiler turístico sobre los territorios: «la competencia entre los modelos de negocio turístico, que está en la base del conflicto entre diferentes agentes del sector»; «los efectos sobre el urbanismo, que incluye cuestiones como el uso y la regulación del suelo, la turistificación, la terciarización o la pérdida de funciones residenciales de los barrios»; y «los efectos sobre el mercado de la vivienda, que remiten al encarecimiento de precios, la disminución de la oferta residencial o el desplazamiento de la población residente (gentrificación, elitización, etc.)».

La salud mental es otro de los grandes ejes temáticos en los que trabaja el grupo, siempre desde una perspectiva social. «Entendemos que la salud mental debe abordarse desde una mirada estructural, que tenga en cuenta el papel que juegan factores sociales, económicos y comunitarios como el empleo, el desempleo, la pobreza, las condiciones de vida, las redes de apoyo o los vínculos comunitarios», explica Luque. Desde PROMEBI defienden que, aunque el abordaje clínico es importante, no es suficiente. «La clínica y el acompañamiento son fundamentales para mejorar el bienestar emocional de las personas, pero una parte significativa de los problemas de salud mental no se pueden resolver solo desde ahí. Por eso consideramos importante complementar el abordaje clínico con una mirada social, orientada a reducir los factores de riesgo y a reforzar los factores de protección».
Desde el grupo también se impulsa la formación de nuevas generaciones de profesionales. En esta línea, están detrás del nuevo Máster Universitario en Intervención Social, promovido desde el Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo y recientemente aprobado por la ANECA. Según Luque, «el máster responde a la necesidad de formar profesionales capaces de intervenir en el ámbito sociolaboral, sociosanitario y comunitario. Su objetivo es ofrecer una formación con una orientación aplicada, que permita comprender los procesos sociales y capacite para diseñar, aplicar y evaluar programas e intervenciones sociales».
Desde su base en la Universidad de Oviedo, PROMEBI continúa desarrollando una investigación comprometida con la realidad social asturiana, abordando problemas complejos desde un enfoque crítico y estructural. Con una organización cooperativa y líneas de trabajo sólidas, el grupo contribuye a generar conocimiento útil para interpretar los cambios sociales y fortalecer las respuestas públicas orientadas al bienestar colectivo.





