Los niveles de incertidumbre, ya elevados a causa del difícil contexto internacional, se incrementan como consecuencia del proceso inflacionista en el que se encuentra España, que previsiblemente conducirá a una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento tanto nacional como regional. Por el momento la tasa prevista para el PIB regional de Asturias para el presente año se sitúa en torno al 4,8%, gracias a la recuperación del sector servicios que compensa el empeoramiento de expectativas para la actividad de construcción.
En el sector industrial, el Índice de Producción Industrial regional acumula hasta abril crecimientos significativos, que SADEI estima en 8,8% frente al 3,4% estimado por el INE. Destaca la producción de electricidad que en el primer trimestre del año ha experimentado un crecimiento interanual de 26,8% respecto al anterior.
En el ámbito del sector servicios se mantienen las elevadas tasas interanuales registradas por los principales indicadores turísticos (movimiento de pasajeros aéreos, viajeros y pernoctaciones en hoteles), si bien es necesario tener en cuenta, por una parte, que el período de referencia son meses de 2021 afectados todavía por las limitaciones de actividad asociadas a la pandemia por covid, y por otra que es posible que las perspectivas de crecimiento se vean afectadas por las subidas de precios.
Los indicadores del mercado laboral regional, a la espera de las estimaciones de la EPA del segundo trimestre, mantienen una evolución favorable, con importantes descensos interanuales del paro registrado (-22,5% acumulado hasta mayo) y buenas perspectivas de cierre de año.
Tal y como ya habíamos anticipado, los principales síntomas de debilidad en la economía regional aparecen asociados a indicadores de demanda como el consumo de electricidad, la matriculación de turismos o el índice de ventas.