El proyecto en el que participan Cruz Roja, Cajastur y Fundación Alimerka; pretende atender las necesidades alimenticias de colectivos socialmente vulnerables, tomando como referencia los criterios de vulnerabilidad establecidos por Cruz Roja Española en el Principado de Asturias.
La actual situación de coyuntura económica y social a la que nos enfrentamos, que provoca altas tasas de desempleo, cierre de empresas y retrocesos salariales, unido a una elevada deuda familiar; ha puesto al descubierto un nuevo perfil de personas vulnerables que hasta el momento no se visibilizaba, relacionado con personas con trabajos precarios que no pueden hacer frente a todos sus gastos, personas mayores de rentas bajas que pasan a ser la única fuente de ingresos de unidades familiares “ampliadas” y personas sin redes familiares, que se encuentran en situación de desempleo de larga duración y que han agotado toda posibilidad de ayuda del Estado.
Partiendo de la identificación de estas personas y de estos colectivos vulnerables, a través de este proyecto se entregarán vales de compra y se trabajará en una mejora nutricional de las personas beneficiarias a través de acciones de formación e información nutricional, de manera que gracias al proyecto, se puedan desarrollar habilidades de compra equilibrada, conservación, elaboración y consumo saludable de alimentos.
Un aspecto clave a la hora de abordar la ayuda alimentaria a estas personas vulnerables está en tomar en cuenta aspectos que puedan implicar problemas de salud ocasionados por la malnutrición en su doble vertiente, el acceso a alimentos o el consumo de alimentos que no ofrecen los nutrientes adecuados. Uno de los problemas más citados y contrastados es la obesidad producida por una ingesta inadecuada o desequilibrada de alimentos en la dieta diaria. Diversos estudios empíricos permiten afirmar que unos malos hábitos alimentarios generan obesidad, especialmente en jóvenes y adolescentes. En este sentido hay muchos datos concluyentes desde las Ciencias Sociales, en los cuales se verifica la hipótesis de una relación directa entre clase social y obesidad, sobre todo de EEUU, Francia e Inglaterra, países con una trayectoria más amplia en estudio científico de la relación entre alimentación y clases sociales.
Esta situación puede llevar a una Trampa de la Pobreza que implicará que las personas más vulnerables tengan mayores problemas de salud lo que les dificulte la entrada al mercado laboral en situaciones de igualdad y a la vez les implique destinar más fondos disponibles en gastos ocasionados por problemas de salud. Esta trampa de la pobreza también se podría trasladar a la economía nacional ya que se tendría menos productividad laboral y un mayor gasto sanitario.