Extraído del diario El Comercio, miércoles 1 de abril 2020.
Entrevista a José María Martínez (1980) preside la Denominación de Origen Protegido (DOP) de Vino de Cangas. El proyecto continúa sumando hectáreas de viñedo con la previsión de ganar cinco más a corto plazo.
Ocho bodegueros y diez hectáreas más de viñedo son el balance de una añada que deja 100.000 botellas y la certeza de un futuro «prometedor»
-¿Qué balance hace de la campaña de 2019?
-Fue bastante buena. El tiempo contribuyó en verano, en plena floración, con unos días de lluvia. Influyó en el cuajado de flor a fruto y se vio mermada la cantidad, pero la calidad de la cosecha fue excelente. Se recogieron unos 100.000 kilos de uva.
-¿Cómo ha ido madurando el proyecto de la DOP Vino de Cangas?
-Se trabajó en velar por la calidad de los vinos y su promoción. La idea era sacar un buen producto certificado. En los últimos años se van incorporando nuevas bodegas y nuevos viticultores, la superficie de viñedo crece… El futuro es muy prometedor. Era impensable llegar hasta aquí y aún nos falta mucho recorrido. Nos podemos sentir orgullosos del producto, pues nos lo están reconociendo en todos los ámbitos y generamos interés.
-¿Qué volumen de producción tiene la DOP?
-Estamos produciendo unas 100.000 botellas aproximadamente. Pero los últimos dos o tres años no fueron muy buenos en cantidad.
-En 2019 dos bodegas se sumaron al proyecto. ¿Hay mercado para más productores?
-Claro. El condicionante es que no hay uva para ese volumen de mercado. Cuando comiencen a producir esas nuevas plantaciones y si continúan las incorporaciones, se dará un salto en la cantidad y se podrá seguir abriendo camino y mercados. Hay proyectos interesantes para sumarse, tanto de bodegas como de viticultores. Este avance se ralentizará con la actual situación sanitaria.
«La crisis, peor en vendimia»
-¿Cómo está afectando el estado de alarma al sector?
-En esta época comenzarían a salir las añadas. La comercialización está estancada. Los locales de restauración y de alimentación gourmet están la mayoría cerrados. En el viñedo estamos realizando los trabajos estrictamente necesarios y extremando las medidas. Tiene su ciclo y hay que intervenir, pues peligraría la cosecha. No es el momento de más volumen de trabajo, sería más perjudicial en tiempo de vendimia. Podamos y recogimos restos de poda y ahora estamos con labores de suelo, como calados y abonados. Sería más perjudicial si fuese en época de vendimia. El vino, antes o después, saldrá y se podrá brindar.
-¿Cuántas hectáreas ha ido ganando la DOP?
-Crecemos despacio. En el último año hemos aumentado unas diez hectáreas. La previsión es que aumente a corto plazo a otras cinco. Son nuevas plantaciones que aún no entraron en plena producción y que, por tanto, no se reflejan en kilos ni en botellas, pero están inscritas. Cuando comiencen a producir a pleno rendimiento habrá un incremento de producción.
-Además de nuevas plantaciones, se puede recuperar viñedo antiguo.
-Son dos vías de aumento de producción que van paralelas. Se están consiguiendo recuperar esos viñedos antiguos bien para bodegas o viticultores. Se pretende que no queden abandonados y, de una forma u otra, se están manteniendo.
-¿Qué mercado tiene la DOP?
-Estamos en mercados locales, regionales…, pero también en el nacional e internacional. Los distribuidores nos dicen que para la calidad y exclusividad, así como el coste de producción, vendemos barato. Nos sugieren subir los precios a una franja entre los 30 y 50 euros. El propio mercado nos está indicando hacia dónde ir. Tenemos un producto con valor. Hay que ir hacia mercados gourmet de más alto nivel, con más reconocimiento, pero sin descuidar el mercado actual.
FP como foco de atracción
-El sector avanza también en profesionalización. ¿Cómo valora la posibilidad de contar en la comarca con una ciclo de viticultura, como el que pretenden poner en marcha en Cangas del Narcea o Ibias?
-Tanto los viticultores como las bodegas necesitamos mano de obra cualificada. Sería muy interesante crear un ciclo formativo para abastecer las necesidades de la comarca, pero también para ser capaces de atraer gentes de otras zonas para prepararse aquí.
-¿Qué retos afronta la DOP?
-El más importante, que haya más incorporaciones para disponer de materia prima y que las bodegas puedan abastecer al mercado y abrirse a nuevos. Tenemos que seguir manteniendo unos estándares de calidad excelentes y continuar con la promoción, que no se queda solo en el producto. El turismo que llega interesado en el vino comienza a ser importante.
-¿Habría algún proyecto de enoturismo en el horizonte?
-Se realizan visitas a bodegas, como la de Monasterio de Corias y Vidas y, a corto plazo, comenzará Antón Chicote.
-Se presentó el concurso de Vinos Atlánticos. ¿Qué supone?
-La iniciativa partió de Juan Manuel Redondo. Nuestros vinos tienen características atlánticas y la idea pasa por ser un punto de referencia de esos vinos tanto nacionales como internacionales. Sin embargo, esta crisis nos hace ser cautos. Todo está en el aire.